¡Hola a todos y todas! Hoy vengo a hablar de nuestro día a día, algo sobre lo que no nos paramos a pensar, pero en lo que invertimos varias horas al día: el consumo audiovisual.
Tal vez hayáis escuchado alguna vez la adaptación de la famosa cita: "consumo, luego existo". Las imágenes que consumismos en nuestro día a día construyen nuestra cultura visual, como vimos en una de las primeras entradas. Así, hablábamos de cómo existen tres tipos de imágenes: de entretenimiento, informativas y con la finalidad de vender un producto. Estas últimas forman parte de la publicidad. La publicidad tiene mucha relevancia dentro del consumo audiovisual.
Las imágenes de entretenimiento contienen a menudo la intención de vender un servicio o producto, en ocasiones posicionando publicidad de manera explícita o bien, creando los temores visuales, cuya solución reside en la compra de un producto o consumo de un servicio.
La falta de educación mediática que tienen las personas tienen como consecuencia el consumo de los productos que nos venden sin criterios. Soy la primera que en un pasado, me creía muchas de las cosas que aparecían en los anuncios, o aún más fácil de creer, aquello que decían los influencers. Los creadores de contenidos en redes sociales presentan un producto como si lo utilizaran y crees que han comprado el producto y lo recomiendan de verdad. Sin embargo, en muchas ocasiones han recibido el producto de manera gratuita a cambio de promocionarlo sin criterio.
En la sociedad se ha creado la idea de que una serie de productos y servicios conforman los estatus de la sociedad. En muchas ocasiones, lo que pagas cuando compras algo es "la marca", o lo que es lo mismo, pagas el estatus social que te dará esa marca y que no te lo va a dar otra. Por ejemplo, puede ser tener unas deportivas Nike o un bolso de Bimba y Lola. Estos productos muchas veces no tienen por qué tener más calidad. Así, el consumo conforma una manera de relacionarse con los demás y de formar nuestra identidad.
De esta manera se ha llegado a una sociedad en la que predomina el consumismo. El consumismo se define como la adquisición o compra excesiva y sin control ni reflexión. Las modas, las temporadas de ropa, etc., se crean con la intención de que los productos que tenemos pierdan su valor y crearnos la necesidad de consumir más. Sin la educación mediática .necesaria, caemos en el consumismo sin pensamiento crítico. Ante esto han surgido movimientos como el minimalismo.
Mucha de la publicidad va dirigida a los menores, a sabiendas de que no cuentan con el pensamiento crítico lo suficientemente desarrollado para reflexionar sobre el producto o servicio que se le está vendiendo y con qué finalidad. Así, como futuros maestros, sabiendo esto, es de vital importancia que incluyamos esta educación mediática y alfabetización visual en nuestras aulas para formar a ciudadanos preparados para la sociedad consumista en la que nos encontramos. Además, las leyes deben incluir esta educación y que no dependan del docentes, sino que sea obligatoria. Como siempre, para esto debe haber una formación previa de los profesores.
Un saludo,
Sofía
Referencias bibliográfica:
Rodríguez, S. (2012). Consumismo y sociedad: una visión crítica del Homo Consumens. Nómadas. Critical Journal of Social and Juridical Sciences, 34(2).
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