¡Hola a todos! El otro día vi una película documental que había en Netflix sobre El timador de Tinder. Hace varios años recuerdo haber escuchado este caso, pero no presté mucho interés sobre qué trataba. Sabía que alguien había timado a gente por esta red social pero no sabía todo lo que había detrás. Me pareció que tenía bastante relación con esta asignatura, viendo cómo funcionan las redes sociales, cómo se crean amistades virtuales a través de está y de manera general, cómo ha cambiado nuestra forma de relacionarnos en la Sociedad del Conocimiento.
Poniéndoos un poco en contexto, el timador de Tinder era un joven israelí que se creo una cuenta de Tinder en el que fingía ser el hijo de un empresario de diamantes. Contactaba con chicas y estas veían la gran vida de fortuna que llevaba. Él las invitaba a su hotel y en seguida se las llevaba de viaje. Era una persona encantadora. Pronto empezaban una relación a distancia por chat y a los meses, las comenzaba a contar que tenía problemas y que le querían matar por su trabajo, por lo que no podía utilizar sus tarjetas de crédito y que si le podían dejar sumas de dinero altísimas. Estas chicas, enamoradas de él muchas veces, le dejaban el dinero pensando que él, al ser millonario, se lo devolvería, pero nunca era así y él finalmente desaparecía.
Este hombre, que se hacía llamar Simon Leviev, había sido un timador desde que era adolescente. Lo que hacía era vivir de lo que estafaba a las diferentes mujeres. De esta forma, pagaba los viajes de unas con el dinero de otras. Así, había montado una vida, que no llegaba a ser falsa del todo, pues él estaba viviendo en ese nivel económico, pero su profesión, como hijo de un empresario de diamantes que tenía un papel activo en la empresa, era falso. Al compartir toda esta vida en redes sociales, las mujeres se sentían seguras, sentían que le conocían. Él se mantenía en contacto con ellas mediante mensajes, vídeos y fotografías, que luego se vio que eran iguales para todas. Llegaba a tal punto la confianza que tenían en él, pensando que le conocían por lo que habían visto en redes sociales y lo que les enviaba él por mensaje, confirmado por las breves horas que habían pasado con él, ya que normalmente, muchas de ellas eran sus novias habiendo pasado 2 o 3 días con él en persona a lo sumo.
La comunicación en redes sociales se caracteriza por esta sensación de confianza y de transparencia, cuando la realidad es que todo lo que se muestra, pasa por un filtro personal. Nadie busca mostrar la realidad, solo las cosas buenas, aquellas que puedan mostrar a los demás la "gran" vida que tenemos, y eso, sin mentir del todo, en ocasiones, como en este caso, puedes inventarte una gran parte de tu vida y ¿quién va a saberlo?
El otro día, mi compañera Tatiana y yo presentábamos nuestro trabajo grupal ¿Amigos reales o virtuales? en clase. En él veíamos como las relaciones que establecemos en redes sociales son lazos débiles, pero que, sin embargo, parecen muy fuertes pues en las redes sociales se crea un ambiente de confianza, por un lado, porque las personas se sienten más empoderada para transmitir su opinión y sus pensamientos, y por otro, porque no se cree que la gente pueda inventarse nada, como mucho "maquillarlo". Además, cuando sientes que has establecido un vínculo con una persona, más si es romántico, no crees que te vaya a mentir de esa manera. De esta forma, las mujeres terminaban dándole miles de dólares o euros pensando que realmente pertenecía a dicha familia y que iba a poder pagarlas.
Como personas en el siglo XXI, donde la comunicación a través de las redes sociales es un punto relevante, debemos tener un pensamiento crítico y no confiar en aquellas personas que no conocemos realmente. Como futuros docentes, debemos educar a los adultos del futuro a tener cuidado ante los peligros que existen en la red, entre los que se encuentra la suplantación de identidad, los intentos de estafa, el robo de información privada, etc., para que desarrollen su competencia digital y tengan especial cuidado con aquellos amigos virtuales que creen online, ya que aquello que se encuentra en la red, no tiene porqué ser real.
En próximas entradas seguiré haciendo una reflexión sobre El timador de Tinder en relación con el empoderamiento ciudadano. ¡No te lo pierdas!
¡Hasta la próxima entrada!
Comments